Hasta ahora, hemos analizado los significados de saber,
creer y conocer. También descubrimos lo que implican estas cosas de acuerdo a
los autores de las diferentes lecturas que leímos durante esta unidad.
En la lectura “Creer, saber y conocer” de Luis Villoro, se
dice que creer es “tener algo por verdadero pero sin estar seguro de ello, ni
contar con pruebas suficientes” y saber son los “hechos que vamos
adquiriendo por la experiencia o la misma educación o práctica de un tema que
sea referente a una realidad”. Me parece que las creencias se dan como una
simple especulación sin base alguna. Generalmente para tratar de explicar un
hecho que aún no ha sido explicado de manera concisa, lógica y en base a
pruebas.
Las creencias son en cierto modo inevitables en nuestras
vidas, pues siempre tratamos de buscar una razón para todos los misterios que
nos topamos. Desde cosas tan simples como ¿por qué se cerró la puerta sola?
Hasta misterios profundos como el origen del universo. Todo el tiempo queremos
explicarnos el porqué de las cosas.
Por otro lado, pienso que los saberes se generan cuando tenemos
una explicación lógica: una razón válida que ha sido comprobada en base a
nuestra experiencia.
Otra lectura que leímos durante el curso fue la de JoséOrtega y Gasset: “Ideas y creencias”. Gasset dice que las ideas son
pensamientos que tenemos sobre la realidad. Estos pensamientos pueden ser ideas
o creencias dependiendo del significado que le de la persona.
De acuerdo con Mario Zuñiga, en su blog menciona que: “la
idea es el pensamiento que tenemos que se apoya de los hechos”. Creo que lo que
Mario trata de decir, es que para generar una idea, es necesario apoyarse de
cosas ya existentes, como por ejemplo: una persona podría tener una idea para
mejorar el rendimiento de combustible de un automóvil, basándose en las
herramientas y conocimientos que este posee, no nada más en una simple
especulación sin fundamentos.
Es muy importante lo que menciona Mario, pues ese el
punto clave para diferenciar las ideas de las creencias: ambas surgen de la
imaginación, pero las ideas se basan en hechos y las creencias no.
Otro concepto que Gasset habla en su lectura es la duda. “La
duda no es un ‘no creer’ frente al creer, ni es un ‘creer que no’ frente a un ‘creer
que si’”. Me parece que la duda es la que trata de frenar a la creencia y
cuestionarla. La duda es lo que trata de evitar que creamos en algo irracional
e injustificado.
Omar dice en su blog que: “La duda existe porque estamos entre dos
creencias en las que hay un conflicto”. Estoy totalmente de acuerdo con su
afirmación, las dudas nos ayudan a elegir la mejor opción o explicación de un
fenómeno. Las dudas sirven para innovar; descubrir cuál es la mejor manera de
optimizar un proceso, mejorar un producto y modernizar la tecnología.
Y no sólo eso,
además nos ayudan a sobrevivir en situaciones extremas, pues nos hacen
cuestionarnos la efectividad de nuestras decisiones, que en ocasiones pueden
ser la diferencia entre la vida y la muerte. Si solamente eligiéramos la
primera opción que se nos viene a la mente, seríamos mucho más vulnerables a
los peligros.
“El primer pecado
de la humanidad la fe; la primera virtud la duda”. (Carl Sagan:)
La última lectura que leímos: “Psicología colectiva delas cosas y otros objetos” de Pablo Fernández Christlieb, comienza hablando
sobre la edad media. El autor dice que el único color que existía en ese
entonces era el rojo, ya que este representaba belleza y poder. Además de que
se decía era el más llamativo de los objetos. Creo que se refiere a que era un
color que resaltaba y servía para representar los conceptos y valores más
importantes de la época. Pero me pregunto qué fue lo que guió a las personas de
tal época a creer que el color rojo era tan importante, ¿Por qué les parecía
que representaba belleza y poder? Creo que en cierto modo nuestra mente está
pre-programada para que ciertos objetos, materiales, sonidos y colores nos sean
llamativos. Como por ejemplo, los productos tóxicos o corrosivos normalmente
son etiquetados con una señal de advertencia de color amarillo. Es Probable que
se eligiera tal color porque resalta bastante y ocasiona que le prestemos una
atención especial. Quizás sea un caso parecido con el color rojo, como este era
llamativo, decidieron darle un significado especial que lo distinga de los
otros colores.
Un punto que me parece sumamente interesante en esta
lectura es cuando Christlieb menciona que “Los 60,000 colores que puede mostrar
un monitor de computadora no pueden ser vistos con los ojos de nadie, de modo
que la realidad de tales colores no consiste en verlos, sino en saber que son
sesenta mil”. Conforme ha avanzado la tecnología, hemos descubierto
miles de fenómenos, sonidos, colores, organismos, objetos y materiales que los
humanos no somos capaces de percibir, como por ejemplo: el espacio entre los
átomos, las frecuencias muy altas, la luz infrarroja, entre otros. Todos estos
descubrimientos nos hicieron percatarnos de que no es posible percibir el mundo
como en realidad es.
Algo aún más curioso, ¿Cómo saber que las demás personas perciben
el mundo igual que tú? Michael Stevens se hizo una pregunta durante una
conferencia de TED (link), esta dice así: “¿Cómo sé que los colores que yo veo, son
iguales a los que tu vez?, ¿cómo saber que cuando yo veo algo rojo, tú en realidad estás viendo algo a lo que yo le llamo verde, pero tú le llamas
rojo porque así te enseñaron, estuviste de acuerdo y nunca te percataste de lo
diferente que son nuestras percepciones?” Es un cuestionamiento muy curioso
porque demuestra que no hay manera de saber que los demás perciben y
experimentan todas las cosas exactamente igual que tú.
En mi trabajo integrador pasado: “El conocimiento es una
construcción” me hice una pregunta al principio del texto: ¿Cómo acercarse a la
realidad?, y me parece que las lecturas que leímos en esta unidad, complementan
la respuesta a mi pregunta, pues todas hablan de dos aspectos muy importantes
para poder acercarse a la realidad: Los saberes y las creencias.
De acuerdo con las lecturas que hemos leído, los saberes
son cosas que creemos, que son verdad y que están basadas en una justificación.
Sin embargo, algo de lo que no hablan ninguna de las lecturas de esta unidad es
¿Cómo sabes que en realidad sabes lo que sabes?, es decir, ¿Dónde está el
conocimiento guardado en el cerebro?
El filósofo Immanuel Kant formuló la teoría de la
percepción, en la que básicamente establece que todas las cosas las percibimos
con nuestros sentidos, pero nunca conocemos las cosas como en realidad son, porque
nuestro cerebro interpreta la información de nuestros sentidos. Por ejemplo,
cuando ves un árbol, la forma que estás observando de este no es más que una
interpretación del cerebro, en realidad no conoces el árbol como es, solo
puedes saber el fenómeno que tu mente interpreta sobre el árbol.
Lo que Kant trata de decir, es que existe una separación entre
la realidad como en verdad es, y la realidad como la percibimos.
Podemos tener creencias que no están totalmente
fundamentadas y saberes que han sido comprobados y adquiridos en base a la
realidad. Sin embargo, algo que me he preguntado: ¿es posible saber que existe
la realidad?, A fin de cuentas, todos nuestros saberes, conocimientos y
creencias son interpretaciones de nuestro cerebro, que aplicamos asumiendo que
el mundo existe y es real, pero ¿es posible demostrar que el universo existe
más allá de tu mente?, ¿es posible saber que la realidad existe, que
todo lo que observas a tu alrededor existe independientemente de tu mente?
Desgraciadamente, no. No importa qué clase de instrumento utilicemos o qué tipo
de experimento realizamos, toda la información que obtengamos tendrá que ser
interpretada por nuestro cerebro.
Existe una idea llamada solipsismo, que dice que la única
mente que existe, es la mente propia: todo lo que se observa son creaciones del
cerebro que en realidad no existen. Lo curioso de esta idea es que no se puede
refutar, como mencioné en el párrafo anterior, no hay manera de comprobar que
el universo existe más allá de la mente, por lo que lo único que se puede hacer
para contrarrestar tal idea, es creer que el universo es real: creer que la
realidad existe; creer que tus amigos, los automóviles, las ciudades y los
animales existen independientemente de tu mente.
Quizás pueda ser un poco deprimente el hecho de que no es
posible saber que la realidad existe; el no poder saber que lo que experimentas
día a día es real. Sin embargo, yo
argumentaría que eso no importa, pues incluso si es verdad que la realidad no
existe, eso no cambiaría en lo más mínimo la manera en la que vivo, experimento
y apreció la vida.
El primer paso para acercarse a la realidad, es asumir que esta existe
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